EL BUNKER


EL BUNKER

De aquel grupo de amigos solo queda la casa que se ve al fondo estuvo a punto de ser derruida pero por suerte no fue así, ahora forma parte del jardín de las camelias y cada vez que paso por allí me gusta mirarla y recordar como fue mi adolescencia.

Los amigos fueron desapareciendo, algunos ya no están, otros como si no estuvieran y algunos siempre estarán aunque haga tiempo que no los he visto.

Cada uno se fue por un camino pero todos y cada uno de ellos recordaran el Bunker con una sonrisa tal vez algo picara por los momentos vividos allí.

No hacíamos grandes cosas pero cuando las hacíamos era a lo grande.

La casa es una casa grande tal vez seria de algún terrateniente de esos que se hizo rico haciendo las americas, tiene un gran árbol un ficus inmenso de grandes ramas, como esos que salen en las películas de tarzán con lianas y todo y el recinto estaba rodeado por un muro de piedra, poco a poco y retirando piedra a piedra conseguimos hacer algo que se parecía a un campo de fútbol y formamos un equipo de fútbol idea de Manolo (el calvo para los amigos) tal equipo se llamaba el rayo.

Recuerdo una vez que al señor miguel que era el hermano de la dueña y el encargado de cuidar la casa se le ocurrió la flamante idea de encargarnos la poda de una enorme rama del árbol que sobresalía demasiado, nosotros enseguida aceptamos el encargo y el Negro trepo por el árbol y se encaramo a la rama pertrechado de un serrucho y los demás desde abajo tirábamos de la cuerda que estaba atada a la rama para que fuera una poda controlada, al cabo de una hora de serrar la rama cedió el Negro salto dos metros por encima de la rama y con la suerte de cara porque afortunadamente cayo sobre ella y se pudo sujetar, los controladores de la poda controlada que tiraban de la cuerda se descontrolaron y la enorme rama fue a caer sobre el muro que cedió Y derramo todos sus escombros a la calle el tio Miguel chillando como loco “cabrones mirar lo que habéis hecho” y al cabo de poco tiempo estaban los bomberos demoliendo todo el muro queda a la calle, aun se puede ver el muñón que le quedo al pobre árbol y creo que no se ha vuelto a podar desde entonces.

Otra de nuestras aficiones era la química, si elaborábamos nuestros propios petardos, fabricábamos pólvora y con ella nos salían unos petardos estupendos una de las veces no se nos ocurrió otra cosa que hacer una considerable mezcla de carbón vegetal, azufre y clorato, no se como porque entonces no había Internet pero conseguimos la formula que con la medida justa hacia unas explosiones que serian la envidia del propio Caballer.

Bueno pues con dicha mezcla preparada la pusimos en una baldosa de piso

De 40x40 y con sumo cuidado pusimos otra encima claro entre medias de las dos la mezcla.

El Negro que estaba en todos los fregaos y ya tenia experiencia se subió a la rama ya podada del árbol para guardar la distancia de seguridad todos los demás a cubierto y a la de tres intentos logro dar de lleno con un ripio a la baldosa, la explosión fue tal que las dos piezas salieron desfragmentadas y la metralla alcanzo a 50 metros a la redonda.

Con lo que no contábamos era que enfrente había un gimnasio donde entrenaban los de la 26 la elite de la policía nacional, salieron despavoridos creyendo que había sido un atentado y claro nos pusieron a todos contra la pared y nos cachearon luego se llevaron a comisaría a los dos más mayores Ximo y no recuerdo quien más y os ficharon vamos que los incluyeron en los archivos de la policía por meritos propios y de alguno que otro mas.

Pero valió la pena a un recuerdo el castañazo.

Me alegro que todavía estés en pie y te hayan lavado la cara aunque no te han rellenado por dentro que lo que paso dentro de esa casa también tiene mucha miga pero bueno esa es otra historia.

Una biblioteca amplia con salas de estudio no estaría mal.

Yo continuare alegrándome de verte en pie cada vez que pase por allí.

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